(Moreno, 07.Sep.2018 / A1 Noticias) A las 8.06 del jueves 2 de agosto, comenzó a escribirse una nueva historia en la política educativa de la provincia de Buenos Aires. Sus docentes reclaman junto a los gremios una paritaria acorde a la situación económica en que transita nuestro país; pero también vienen realizando reiteradas denuncias del estado en que se encuentran los edificios escolares.

Luces que no funcionan, con paredes electrificadas producto de la humedad; cocinas en mal estado donde los auxiliares tienen la obligación de hacer milagros con pocos elementos para entregar un menú a los pibes; estado de abandono de aulas, que además de ser de pequeñas dimensiones, donde se intenta impartir enseñanza con superpoblación escolar; son algunos de los ítems que “descubren” los funcionarios después del trágico 2 de agosto.

La gobernadora Vidal designó al frente de la Dirección General de Cultura y Educación a Alejandro Finocchiaro en diciembre del 2015 y su primera acción relacionada a Moreno fue disminuir de tres a uno, la cantidad de inspectores de infraestructura para realizar los protocolos de la totalidad de las escuelas públicas del distrito.

Días antes de asumir el gobierno de Cambiemos, la Escuela Nº 57 del barrio Anderson (Cuartel V°) fue consumida por el fuego, producto de un hecho vandálico. El entonces titular de la cartera educativa inauguró el ciclo lectivo 2016 –junto al intendente Festa en dicha establecimiento- donde anunció que “en septiembre u octubre estará terminada, haremos una construcción en seco porque si la hacemos con ladrillos demorará dos años”... En septiembre del 2018, los alumnos de la escuela 57 reciben enseñanza en aulas modulares, porque nunca se terminó la obra y el entonces funcionario provincial es desde julio del 2017 el Ministro de Educación de la Nación, una casualidad.

Desde ese momento, Gabriel Sánchez Zinny, fue investido para el máximo cargo provincial de Educación bonaerense. Es un empresario sin trayectoria pedagógica, graduado en economía en la Universidad de San Andrés y creador del “codocente", jóvenes sin formación que cobran un tercio del sueldo docente y que realizan tareas en las aulas porteñas. Bajo su gestión dejó solamente dos inspectores de Infraestructura que visitaban Moreno una vez por semana para inspeccionar más de 250 escuelas. ¿Inocencia, desconocimiento o falta de compromiso para resolver los problemas que venían denunciando los docentes?

El 22 de octubre del año pasado, día de elecciones legislativas, la lista de candidatos de Unidad Ciudadana se impuso en Moreno en todas las categorías, alcanzando el 43,54%, de los sufragios a nivel local y logrando ubicar a tres consejeros escolares de los cuatro que se elegían. Cecilia Parenti, quien obtuvo la reelección, Ramón Vera y Liliana Ojeda; mientras que el cuarto quedó en manos de Walter Nieto (Cambiemos). A partir del 10 de diciembre del 2017, el bloque de Unidad Ciudadana – FpV quedaría con mayoría y podría poner las máximas autoridades del Consejo Escolar.

Pero la política nos entregó una sorpresa, ya que cinco días después de esta democrática elección, el gobierno bonaerense mediante un decreto decidió intervenir el organismo y designó con el cargo de “avocador” a Sebastián Nasif. Muchos se preguntaron quién era. Cumplió funciones en la dirección de la Escuela 57, la del incendio, la de las aulas modulares, la de las promesas del edificio nunca construido. También fue coordinador provincial del programa Escuelas Abiertas de Verano y muchos recordaron que había sido candidato a Consejero Escolar por Cambiemos, junto a Aníbal Asseff y Sergio Pazos. Otra casualidad.

El ex senador Asseff y precandidato a intendente por Cambiemos afirmó en medios de la zona que “yo le pedí a la provincia la intervención del Consejo Escolar, por muchas irregularidades”, agregando cuando se conoció el nombre del avocador que “Nasif fue sugerido por varias personas, entre ellas Pazos”. Hay que recordar que las máximas autoridades de la Escuela Técnica 5, la única escuela que visitó la gobernadora Vidal en Moreno son Sergio Pazos, Daniel Chávez y donde Sebastián Nasif es docente. La intención administrativa de Asseff y Cambiemos fue revertir la derrota electoral por medio de una intervención, no permitiendo que los consejeros escolares que eligió el Pueblo de Moreno asuman en diciembre del 2017 y cumplan las funciones para las que fueron elegidos.

Hay otra intencionalidad política, que nace de la propia mesa distrital de Cambiemos. El Director de Consejos Escolares de la provincia es Marcelo Di Mario, un dirigente con orígenes en el radicalismo y que tiene como colaborador a Juan Fernández, un dirigente de la UCR aliado a Asseff. En una reunión de la mesa chica se planteó ubicar como “ariete” o “mascarón de proa” a Nasif al frente del CE, para mejorar el desarrollo de Cambiemos en el territorio. Un alto dirigente sostuvo que Nasif “es docente, tiene perfil bajo, sabe hablar muy bien y con él manejando las escuelas tendremos llegada a las directoras de las escuelas, a los padres y mostraremos que estamos listos para gobernar Moreno”.

El objetivo estaba casi cumplido. Venían a corregir el mal desempeño del Consejo Escolar, pero el resultado fue peor. Nunca controlaron el listado de gasistas o electricistas que realizaban las tareas de revisión de las escuelas. La prueba contundente es que Cristián Ricobene, el gasista que acudió a la Escuela 49, quien cuenta con Categoría 3, se mantuvo como proveedor del organismo sin tener la calificación apta para la tarea. El propio Nasif –en su declaración judicial- reconoce que el gasista, “figuraba en el registro de proveedores del Estado desde el año 2016 y que además de prestar su servicio como gasista, realizaba trabajos de electricidad y albañilería”. La firma unipersonal “Cristian Javier Ricobene” entregó 343 facturas al Consejo Escolar por un valor que superan los 2.8 millones de pesos

Las conclusiones hasta aquí son irrefutables. El avocador Nasif envió a controlar una pérdida de gas a la Escuela 49, a un gasista no habilitado; dato que aparece en la Resolución NAG 200 de ENARGAS referida a matriculados de categoría 3 donde sólo habilita para realizar “instalaciones domiciliarias, en viviendas unifamiliares, cuyo consumo total no exceda 5m³ / h de gas natural”, donde evidentemente la superficie de la escuela y la presión deben ser supervisadas por un profesional con matricula 1.

Deberíamos sostener lo que afirman los docentes en el acampe sobre que “la intervención es responsable”; aunque es más certero leer las conclusiones de la fiscalía actuante. “Que en concordancia con las reglamentaciones de ENARGAS, Ricobene no estaba habilitado para realizar trabajos en instituciones como la Escuela 49 y que era responsabilidad de Nasif verificar el cumplimiento, bajo mandato expreso de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, desde donde se produjo su nombramiento frente al Consejo Escolar”.

Pero como si esto fuera una saga de NETFLIX, los capítulos se suman y la negligencia de la intervención, también. Cuarenta y ocho horas después de la tragedia que enluta a la comunidad, Nasif y su equipo continúo enviando gasistas no habilitados a los colegios, para realizar pruebas y conocer si existían pérdidas de gas. Directivos aseguran que en algunas escuelas realizaron dos veces esas comprobaciones. (Continuará)