ECONOMÍA
8 de mayo de 2018
Informe Especial: Historia reciente de la Argentina y el FMI
Cuando se les pregunta a los más jóvenes por el FMI, muchos desconocen la relación que tiene nuestro país con el Fondo y que semejanzas hay respecto de la crisis del 2001. La economista Noemí Brenta asegura que “el FMI sólo sabe hacer políticas de corto plazo que no constituyen en absoluto programas de desarrollo”
(CABA, 08.May.2018 / Informe Especial para A1 Noticias) FMI es la sigla de Fondo Monetario Internacional, originado por las Naciones Unidas durante el año 1944, en plena Guerra Mundial, con el fin de entregar ayuda financiera a países que entraron en crisis de sus economías.
Argentina ingresó al FMI en la etapa posterior a los gobiernos de Perón, precisamente el 19 de abril de 1956 y es uno de los países miembros. Ha recurrido en reiteradas oportunidades a la ayuda financiera de un organismo que realiza ayuda inmediata a nuestro país, a cambio de algunas exigencias.
La economista Noemí Brenta, autora del libro “Historia de las relaciones entre la Argentina y el FMI”, recuerda que nuestro país atravesó varios ciclos en endeudamiento y desendeudamiento, en general acompañados de profundos cambios en las políticas económicas y crisis institucionales.
“Con la crisis de 2001, el país entró en suspensión de pagos (default) de su deuda externa, la cual ascendía a 144.000 millones de dólares. En mayo de 2014 se cierra el acuerdo para salir del default con el Club de París por 9.500 millones de dólares”, dice Brenta, cifra que representó sólo el 6,60% del total de la deuda.
La economista también recuerda que durante los gobiernos de Menem y de la Rua, “Argentina implementó políticas de ajuste del FMI de manera permanente, incluyendo reformas profundas que sumaron todo el repertorio neoliberal”. Esa política provocó grandes diferencias sociales producto de “privatizaciones, flexibilización laboral, apertura comercial y financiera, descentralización de la educación y la salud, delegación de la soberanía en temas del comercio exterior y de las inversiones a través de tratados bilaterales; pérdida de control de los recursos naturales”, sostiene.
Sobre las consecuencias en la aplicación prolongada de programas del FMI, Brenta advierte que “son el deterioro del crecimiento, la inflación, el empleo y los indicadores sociales”, ya que el Fondo Monetario Internacional “sólo sabe hacer planes de ajuste, es decir, políticas de corto plazo que no constituyen en absoluto programas de gobierno ni de desarrollo”.