Hernán inicia la charla recordando que “en términos generales se explica por el hartazgo que todos pudimos observar el año pasado. Hartazgo hacia la dirigencia política tradicional o de los partidos tradicionales que durante los últimos 100 años dominaron la política nacional partidaria”. Reyes se refiere al peronismo y a la Unión cívica radical. “Eso explica que hoy el gobierno cuente con el mismo apoyo que tenía cuando fue electo en noviembre”, afirma.

Considera que la sociedad “decidió arriesgarse, fue una apuesta de riesgo que hizo por un proyecto muy experimental. Del que no hay precedentes, ni siquiera en otros países. Milei está intentando desguazar el Estado para llevarlo a una mínima expresión, con las consecuencias que eso conlleva”, analiza.

La gente no observa las consecuencias de este plan porque según el analista, cree que “no hay una conciencia de las consecuencias, porque las consecuencias no se ven inmediatamente. Las universidades van a tardar en cerrar, la población tarda en ver como esos servicios con los cuales depende su funcionamiento se van apagando”, considera.

Cuando reciban el tarifazo en las boletas de la luz y no la pueden pagar, se quedarán a oscuras, sería la pregunta; sin televisión, sin internet, Hernán Reyes interrumpe y afirma que “las consecuencias de estos brutales recortes se van viendo paulatinamente, y cada hogar se va adaptando como mejor puede a esta realidad. Hay un porcentaje de la población que está dispuesta a este sacrificio ¿Cuánto tiempo más podrá aguantar?”, se pregunta y responde instintivamente: “Eso todavía no lo sabemos”.

Hernán Reyes detalla que “recientemente hicimos una encuesta, en un distrito que uno podría decir que es peronista por su tradición y donde el intendente peronista tiene mucha aceptación, y ahí Milei, consigue un alto nivel de aprobación. Estas son las contradicciones que estamos viendo, o como a pesar de que el 80% de la población te dice que el ajuste lo está pagando la gente y no la casta apoya a este gobierno”.

"Estamos en un punto de inflexión en lo que respecta al sistema político y al funcionamiento de la sociedad como una sociedad cada vez más disgregada"

“Tendríamos que observar que también un porcentaje enorme de la población se tuvo que endeudar en los últimos tres meses, y un porcentaje muy alto de esas personas está atrasada en el pago de sus deudas. Allí estamos viendo que las consecuencias de estas medidas que está tomando el gobierno están empezando a surgir sus efectos”, sostiene.

Una de los escenarios a futuro posibles, es una sociedad partida en dos, con una clase social muy empobrecida y una clase rica, muchísima más rica. “Es un poco el horizonte de nuestro país con el gobierno actual”, afirma; una transferencia enorme de recursos que está sucediendo desde el día que asumió y que genera una mayor grieta en la sociedad. Podríamos ser un modelo de sociedad con una élite pequeña pero muy adinerada y una masa muy empobrecida con una clase media casi no existente efectivamente”, vaticina.

Quizás sea el tiempo de la posmodernidad y el momento de un tipo de gobierno de empresariados internacionales sin fronteras, aunque considera como “muy buena la hipótesis, yo no sabría responderla”, se sincera Reyes. “Lo que sí creo es que estamos en un punto de inflexión en lo que respecta al sistema político y al funcionamiento de la sociedad como una sociedad cada vez más disgregada. Se está corriendo el riesgo de perder el sentimiento de comunidad y de pertenencia”, dice con énfasis.

Partiendo de esa premisa, los consultores analizan cual sería la salida. “No todos se miran al espejo y la clase política a la que se señala como el mal de todos los males no es otra cosa que el reflejo nuestro de la sociedad. Muchos no queremos vernos reflejados en esos políticos y ya que a muchos nos gusta parecernos a países  como Dinamarca, Noruega, Suecia, Irlanda, o Alemania, tienen que ver que tiene una base ética que viene del protestantismo, que proviene de distintas fuentes, pero hay una base muy sólida ética que también permite la confianza. En Argentina lo que se está rompiendo es la confianza no solo en las instituciones, sino la confianza en el otro”, manifiesta Reyes.

Obviamente este proceso debe llevar un tiempo y por ello Hernán aclara que “hay que reconstruir de abajo hacia arriba en poco tiempo, no es de un día para el otro, tampoco se pueden esperar 200 años. Hay que empezar por asumir que tenemos una crisis, que la corrupción es endémica a todo el sistema; no solo al político sino al sistema empresarial y a todo el sistema social y de relaciones. Tiene que haber ciertos liderazgos que también llamen la atención a este problema porque si no es como que seguimos poniendo la vista en el otro y no nos miramos al espejo que es lo que hace falta también”, sentencia.