(La Plata, 16.Sep.2024 / A1 Noticias) La ecuación a resolver es ¿cómo hace la gente para nutrirse de los alimentos ricos en proteínas, en época de que no alcanza el dinero? Laura Salzman ve con gran preocupación que “la situación económica lo que hace es profundizar el acceso a los alimentos y una gran parte de la sociedad que anteriormente podía acceder a una alimentación variada, aún se ve limitada en gran medida por este aumento de precios. El 70% de inflación en lo que va del año afecta fuertemente la calidad de la alimentación que podemos tener”, dice.

La leche, la carne y las verduras, van desapareciendo de la mesa de las familias argentinas, ¿Cómo se suplantan? “La carne, todo lo que es el grupo de lácteos, si los suplantamos nos implica, reducir la calidad de la alimentación. La prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles tienen que ver muchas veces con la calidad de la alimentación que llevamos#, agrega.

Encontramos en composición esquemática de las comidas “mucho más aporte de alimentos fuertes en carbohidratos y la pérdida de alimentación más rica en proteínas. Es lo necesario para el crecimiento y desarrollo en las infancias. En general el deterioro en la calidad de los desarrollos se ve en el consumo de proteínas, de alto valor biológico, que sabemos que podemos tranquilamente reemplazarlas con la combinación de legumbres y algunos cereales, como puede ser el arroz con azúcar. El mayor deterioro se ve en el acceso a frutas verduras, alimentos fuertes de vitaminas, minerales, fibras y nutrientes, que necesitamos para tener una buena salud”, detalla la titular del Colegio de nutricionistas bonaerenses.

Uno de los problemas a futuro que preocupa es las consecuencias para la salud para aquellas personas de durante un lapso grande sus vidas, se alimentó de manera inapropiada. Laura Salzman explica que “las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades cardiovasculares, suceden en su mayoría en la  pobreza. La mala alimentación conlleva a esta situación. Nosotros recomendamos acceder a una canasta variada de alimentos de calidad, el abundante consumo de agua y evitar los jugos y gaseosas. En tiempos difíciles recomendamos usar frutas y verduras de estación que son más baratas y en el caso de las carnes, bueno, incrementar cortes económicos con poca grasa, para evitar el aumento del colesterol. Pero, lamentablemente no siempre se puede”, sostiene.

“Una forma quizás de poder combatir esa dificultad en el acceso tiene que ver con aprender a combinar alimentos que compongan estas proteínas de alto valor biológico, como puede ser comer legumbres con arroz, hay que darse estrategias, y ponerle la cabeza, hay que ponerle el tiempo, y por supuesto el buen uso”, agrega.

El Colegio de Nutricionista, cuenta con sitio web, desde donde “tenemos cierto material orientado a la comunidad y acompañamos la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, la Ley 15.642. Lo que buscamos con esa ley muchas veces es reivindicar la necesidad de reglamentarla, hablar de lo que implica una alimentación saludable, porque como nutricionistas sabemos muy bien que la alimentación tiene que ser adecuada para cada persona”.

“Otro tema preocupante es el marketing que se ejerce sobre marcas y hace que digamos un producto u otro; creemos que hay que regular ese tipo de publicidad. Hay que preguntarse qué ocurre con los chicos en la escuela, qué comen en esos entornos, nosotros trabajamos con la comunidad, promoviendo y acompañando lo que se reivindica también en la provincia de Buenos Aires, que sabemos que eso está pendiente”, agrega a sus conceptos.