(CABA, 08.Ene.2020 / A1 Noticias) Entrevistamos al autor del libro, en la previa de una de sus presentaciones, donde se puede observar mezclado en el auditorio a dirigentes de renombre de la región oeste, a vecinos que solo pretenden escuchar a un psiquiatra y a compañeros de trabajo del Dr. Mora de su paso por distintos lugares de la salud pública.

“La idea original surge a partir de mi experiencia, desde la clínica médica y desde la psiquiatría, me apoyé en un trabajo social que realicé en el municipio de Moreno, donde realicé una militancia barrial durante trece años, allí uno percibe alteraciones éticas graves de parte de los políticos”, comienza detallando el porqué de su investigación.

Aunque aclara que “en realidad no lo pensé yo, sino que un psiquiatra alemán en el siglo pasado descubrió que la mayoría de los psicópata no estaban en las cárceles, que formaban parte de la política, esto no quiere decir que todos los políticos sean psicópatas pero quiere decir que la mayor cantidad de psicópatas lo vamos a encontrar en la política”.

Esa situación lo motivo “para alejarme de la política y especializarme específicamente a la ciencia y empezar a registrar, a reunir toda la bibliografía que había al respecto y empezar a contar lo que yo vi, lo que viví, como se desenvuelve esta gente, como opera, como se aprovecha de las necesidades de las otras personas”, explica.

Eduardo Mora considera que “El Cerebro del Político Argentino”, “es un libro muy simple, está planificado para la gente que no tenga conocimientos demasiados complejos lo pueda entender, es un camino que se va recorriendo de a poquito, palpitando cuales son las características del psicópata, como operan, como se mueven. Trato de que la gente descifre que hay dentro de la cabeza del psicópata y esto produce que quienes leen el libro van a poder identificar rápidamente a los psicópatas que hay alrededor y evitar ser una  víctima de ellos”, asegura.

Estudioso de la mente humana, Mora analiza que “la sociedad se ve afectada por el latrocinio, por el hambre, y por todo lo que los políticos van provocando a lo largo de las decisiones que toman y por supuesto que no está del todo mal que algún político sea psicópata, porque a veces las necesidades propias de algunas formas hacen que beneficien al grupo entero”, ejemplificando con un político “como Vladimir Putin que si bien es un psicópata, Rusia a partir de su gobierno pasó de ser un país subdesarrollado, a hacer una de las grandes potencias”.

Reitera que no siempre “un psicópata va a ser perjudicial para la población, aunque lamentablemente en nuestro caso, en Argentina y en Latinoamérica no es así. Y eso ocurre porque no tenemos o no contamos con un marco regulatorio de la justicia que pueda actuar y meterlos presos”, dice. Y cambiando de reol de entrevistado a interrogador, pregunta, “¿o ustedes creen que en la justicia no existen los psicópatas?, claro ellos no se van a juzgar a ellos mismos”, ironiza.

Lo consultamos si existe un modelo de psicópatas en la política o hay mayor cantidad en alguna ideología en particular. Eduardo Mora asegura que “es trasversal, muy trasversal, el hecho del panquequismo y borocotismo es que estos muchachos no tienen ideología. Su ideología es su propio beneficio, entonces por eso pasan de un lugar al otro, pasan a diferentes espacios de poder. Cuando uno milita en el peronismo, a uno le da mucha bronca que muchos que se dicen peronistas y vos ves que no lo son, están dentro del peronismo específicamente para beneficiarse ellos mismos”, asegura.

Al presentar este libro y tener entre su público a dirigentes políticos, la pregunta de rigor es si alguno se enojó con la temática planteada. El Dr. Mora asegura que no, “no me pelee con ninguno porque los dirigentes políticos de la zona que vienen es gente a la que respeto mucho, gente que tiene mucha vocación, mucha militancia”. Mirando la numerosa platea, confía que “hay gente del peronismo como del Pro, hay de Merlo, de Moreno y de otros distritos, esto quiere decir que son gente que independientemente de lo que piensen, todos quieren lo mismo. Que la gente esté bien, que el pueblo se levante, todos quieren que sea un país normal”, concluye.