(CABA, 29.Ago.2024 / A1 Noticias) Comenzó detallando que este libro “es una herramienta que nosotros utilizamos en nuestra militancia diaria en el movimiento Arraigo para poder acercarnos a los territorios y felizmente a quienes más llama la atención esta temática es a los medios del interior. En el libro reunimos una serie de hombres y mujeres, algunos exgobernadores como es el caso de Jorge Capitanich o Juan Manuel Urtubey, de provincias del interior profundo que tienen una mirada muy comprometida respecto de la importancia del federalismo”.

“Hay personas de otras fuerzas políticas distintas a la mía, que vengo del peronismo, como por ejemplo Danya Tavela, que actualmente es diputada nacional por el radicalismo, o Carlos Regazzoni que fue funcionario y dirigente de Juntos por el Cambio, pero que todos coincidimos en que el drama principal de la Argentina tiene que ver con el fracaso de la idea de federalismo, con una organización macro cefálica, centralista, con eje en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, donde no solamente el mercado, sino también las políticas públicas y el sistema político se ha encerrado". expresó a modo de analisis..

Arraigo, fue presentado por “Paco” Durañona en la Feria del Libro, en la Sociedad Rural, después en Salta, también en La Rioja, en la Feria del Libro, invitados por el gobernador Ricardo Quintela, y próximamente los impulsores del mismo recorrerán Santa Fe, Tucumán, Río Negro y otras provincias.

"El peronismo gobernó cuatro décadas del siglo XXI. De los seis gobiernos que hubo, incluido el actual, cuatro fueron del peronismo. No tuvimos la inteligencia, la capacidad o la decisión de avanzar en generar las políticas públicas necesarias para resolver esto”

En sus páginas se le da gran importancia a la educación y las políticas públicas culturales, ¿esto también tiene que ver con el arraigo y el desarraigo? “Son pilares centrales, la cultura no es de un sector, es una riqueza muy grande que tenemos los argentinos, que tiene que ver con nuestra identidad, con nuestra historia, nuestras raíces, que también le da la caracterización propia a nuestras distintas regiones, a nuestros territorios, obviamente es parte central del arraigo y también de la soberanía”, explica Durañona.

Hace mucho énfasis en la soberanía, afirmando que “muchas veces nos lleva a pensar en batallas fronterizas, o discusiones que tienen que ver exclusivamente con la explotación de los recursos, o qué hacemos con nuestros mares o ríos navegables. Pero soberanía también es cuidar y fortalecer nuestra cultura, de dónde venimos, quiénes somos, más allá de la unidad que tiene en el marco de nuestra construcción nacional. Así que fortalecer nuestra cultura, nuestra identidad cultural, es central, nos da felicidad, nos reúne, nos encuentra en un momento que además está siendo muy bastardeada la cultura popular”, agrega.

Y por supuesto se refiere a la educación, temática que señala que “sin educación no hay arraigo posible. No hay distribución poblacional ni soberanía que es defender que nuestros territorios estén poblados, sin importar la ubicación geográfica o la cantidad de población, sino hay un sistema educativo integral que garantice el acceso irrestricto desde los 45 días de nacido de los niños y las niñas en jardines maternales hasta la educación universitaria con carreras adaptadas al potencial productivo de cada una de las regiones”, dice.

El referente del Movimiento Arraigo sostiene que “el sistema educativo tiene un debate pendiente en la Argentina. No es solamente construir escuelas o jardines o nuevas universidades, sino también que el Estado Nacional se haga cargo de garantizar en cada territorio de la Argentina la mejor calidad educativa posible, por lo menos en los primeros 10 años de estudios de nuestros niños, porque es quizás el problema más acuciante que tenemos”.

Evalúa que hay “niños y niñas con hambre, con baja estatura, con poco desarrollo cerebral. Por ello la prioridad absoluta de la Argentina tiene que ser garantizar con financiamiento del Estado escuelas en cada municipio de la Argentina con los mejores docentes para volver a formar a los mejores recursos humanos como en algún momento Argentina en la época del peronismo, en finales del siglo XIX, pudo dar fe de que fuimos una luz en ese aspecto”, sintetiza.

El debate propuesto incluye el tema de la producción de alimentos y como generar valor agregado. “No se trata de combatir un sistema de producción que es el que está actualmente en vigencia en la Argentina de altísima rentabilidad y capacidad exportadora. Hoy la Argentina, que a grandes rasgos se ocupa de producir alimentos para el consumo animal y para exportar, produce muy pocos alimentos para el consumo humano, salvo el sector cárnico. Abandonamos la capacidad de producir alimentos saludables y accesibles, con eso hemos perdido, generación de valor, hemos generado desarraigo del campo a las ciudades, porque ya no hay más trabajo”, explica.

La manera de revertir esta situación, “es más fácil que antes, porque hoy hay una altísima demanda de producción de alimentos sanos, de producción agroecológica, otra metodología de producción más artesanal, más humana, que demanda la Argentina y que demanda el mundo, así que es un gran momento para poder hacerlo, pero el problema no son los grandes terratenientes, el problema es el sistema político, porque el peronismo gobernó del siglo XXI cuatro décadas, de los seis gobiernos que hubo, incluido el actual, cuatro fueron del peronismo, y no tuvimos la inteligencia, la capacidad o la decisión de avanzar en generar las políticas públicas necesarias para resolver esto”, sostiene de manera autocrítica, recordando que “no reniego de esto porque soy parte del peronismo”.

Obviamente cuando señala a los gobiernos peronistas, incluye a los mandatos de Néstor Kirchner y CFK. “Hay que contextualizar”, acota. “Néstor Kirchner asume en un momento en que la Argentina estaba en el octavo infierno y las circunstancias demandaban urgencias para el día anterior, y corrías contra el tiempo, con la Argentina estallada y además con más de la mitad de la población no bajo la línea de pobreza como la tenemos hoy, sino ya en niveles de marginalidad, es decir que las urgencias de ese momento no permitían atender la planificación. Creo que nos enamoramos de esos instrumentos y dejamos de pensar en políticas públicas robustas, federales, que tuvieran que ver con el desarrollo, la planificación y la distribución territorial”, analiza Durañona.

Respecto al segundo gobierno de Cristina, “después del 2011, y ni hablar el de Alberto Fernández, si bien mantuvieron un despliegue para la generación de empleo y para el sostenimiento de la demanda y de los sectores más vulnerables, no tuvimos la capacidad de apuntalar la Argentina, de pensar a mediano o largo plazo, de hacer las profundas reformas que necesitamos y de hecho el pueblo nos terminó pasando la factura”, completa.