ECONOMÍA
2 de mayo de 2024
Ariel Guardia López: “El Estado bonaerense apunta a mejorar la competitividad del sector apícola. Evaluamos aplicar tecnología con sensores en las colmenas”
La dirección de Apicultura depende del Ministerio de Desarrollo Agrario, área que fue jerarquizada por Javier Rodríguez en el año 2019. La provincia de Bs. As., alcanza al 53% de la producción apícola nacional. Guardia López, su titular habló con A1 Noticias y destacó el rol del Estado en el proceso productivo
(La Plata, 02.May.2024 / A1 Noticias) Lo primero que destaca el funcionario bonaerense es que “tenemos 6.200 productores apícolas, que suman un millón y medio de colmenas en 20.000 apiarios. La producción que tiene la provincia de Buenos Aires en kilogramos, está entre 38.000 a 40.000 toneladas”, enumera. “Hay que imaginar que Argentina tiene entre 70.000 a 75.000 toneladas de miel que se exportan”, agrega.
La miel de cada productor tiene diferentes tipos, la presencia del Estado es “asegurar la calidad del producto, trabajamos en la formalización del sector, tanto en el Registro Apícola Nacional (RENAPA), junto con un sistema de trazabilidad que tiene en cuenta todos los pasos para el aseguramiento de la calidad hasta que llegue al consumidor. Eso cuenta para el mercado internacional y para el mercado interno”, detalla Guardia López.
El polen, propóleos, jalea real, cera de abejas, diferentes tipos de productos que nosotros podemos llegar a darle valor, y que hoy se están perdiendo. El propóleo se da específicamente en un determinado momento y no compite con la miel
En los últimos tiempos, la provincia creció en salas de fraccionamiento de miel. Antes había dos salas y hoy tenemos casi 150; sumado a que desde el 2021 el ministro Javier Rodríguez firmó una resolución que permite a las pequeñas unidades productoras artesanales llamadas PUPAAs, contar con un sector apícola. En donde hoy tenemos que trabajar desde la mesa apícola provincial en el desarrollo de valor agregado”, sostiene.
El sector cuenta con la miel como principal producción, lo que desde el Ministerio de Desarrollo Agrario se trabaja en el impulso a otros productos que entregan las colmenas. “El polen, propóleos, jalea real, cera de abejas, diferentes tipos de productos que nosotros podemos llegar a darle valor, y que hoy se están perdiendo. El propóleo se da específicamente en un determinado momento y no compite con la miel, podemos mejorar la competitividad y la rentabilidad del productor apícola”, explica.
En el territorio bonaerense coexisten regiones con diferentes características. El área metropolitana, la región sudoeste de la provincia o la sudeste. “Más allá de las alianzas de organizaciones apícolas, hay que darle valor agregado informatizando también a la colmena. Hay que colocar diferentes sensores, y al productor apícola les cuesta mucho el movimiento de vehículos para el transporte, por el tema del combustible”, analiza.
Ariel Guardia López nos adelanta que trabajan “en un proyecto piloto en donde podamos observar dentro de la colmena, y ver cómo va evolucionando a partir de sensores y podamos calcular la tara, o sea el peso y el productor lo pueda ver en su celular y esté viendo lo que está ocurriendo en tu apiario” y como ejemplo explica que “cuando hay una tormenta y se vuela un techo, tenemos que ir nuevamente a colocarlo y tenemos que viajar a ver cómo está la colmena; si tuviéramos un sensor podemos identificar que se cayó ese techo”, manifiesta, cerrando la idea innovadora.
La producción apícola en la provincia está muy desarrollada y ese aporte que hace a la producción total del país es exportado desde el territorio bonaerense a través de cinco exportadores que la envían a 42 destinos diferentes. Casi toda la producción va a los Estados Unidos.
En épocas de alta inflación, el director provincial nos cuenta que “una de las cosas que más afectan al sector es el combustible. Cuando nosotros hacemos un margen bruto, el combustible es el gasto fundamental, junto con los insumos, como el azúcar o los acaricidas. Es un sector que es secundario a otra actividad, y al ser secundario el productor sigue con las colmenas porque es una producción alternativa”, sostiene.
“Lo que buscamos es que se vaya profesionalizando un poquito más, hay productores que normalmente tienen 200, 300 colmenas y quieren dedicarse solamente a la apicultura. La variabilidad climática que hay, más el contexto económico, hace que no puedan dedicarse directamente a la producción apícola. Por eso es fundamental trabajar con ellos, dando todas las herramientas para que continúen dentro de la actividad. Por eso tenemos una línea de financiamiento propia del Ministerio para la actividad apícola”, agrega.
Para llevar ese salto tecnológico a la apicultura, introducir un sensor en una colmena y mejorar la producción planifican “trabajar específicamente con las universidades y con grupos de productores apícolas. Vamos a realizar una prueba piloto en tres lugares diferentes de la provincia, uno podría ser en la Chacra experimental Pedro J Bover, otro sería en el sudoeste y otro en La Plata. Si bien hay sistemas que ya se encuentran desarrollados, principalmente en el exterior, lo que nosotros buscamos es que sea un producto genuino de provincia de Buenos Aires y sea Argentina”, finaliza Guardia López.